Un wrapped token es una representación de una criptomoneda que se utiliza en una red donde no es nativa, su precio está vinculado a la criptomoneda que representa y se puede canjear por ella en cualquier momento sin necesidad de realizar operaciones de compraventa. Estos tokens permiten a los usuarios exponerse a variaciones de precio en aplicaciones y plataformas propias de otras redes, como por ejemplo un token equivalente a bitcoin (BTC) en la red Ethereum.

En esencia, los wrapped tokens son certificados digitales que demuestran la adquisición de una cantidad específica de otro activo cuya administración está en manos de una empresa, un custodio o un contrato inteligente.

Un ejemplo de esto es el wrapped bitcoin (WBTC), un token ERC-20 que representa un bitcoin (BTC) dentro de la contabilidad de Ethereum, permitiendo a los usuarios utilizar BTC en contratos inteligentes y otras aplicaciones descentralizadas (dapps) de esa red. El objetivo principal de WBTC era expandir el alcance de Bitcoin más allá de su propia red y hacerlo parte del ecosistema de Ethereum.

Los wrapped tokens tienen varias funciones importantes, como la conversión entre criptomonedas, interoperabilidad entre diferentes redes y protocolos, aumento de la liquidez de activos, variación en la oferta de aplicaciones descentralizadas, y la creación de nuevos productos financieros.

El proceso de funcionamiento de los wrapped tokens implica el bloqueo del activo original en una dirección controlada, la emisión de una cantidad equivalente de wrapped tokens en otra contabilidad, la vinculación directa entre el wrapped token y el activo original, y la posibilidad de canjear el token por el activo original en cualquier momento.

Algunos ejemplos de wrapped tokens populares incluyen WETH (wrapped ether), wLINK (wrapped Chainlink), wBNB (wrapped Binance Coin), wPOL (wrapped Polygon), y wUSDT y wUSDC (representaciones tokenizadas de las stablecoins USD Tether y USD Coin).

Las ventajas de los wrapped tokens incluyen la interoperabilidad, la liquidez, la eficiencia, y el acceso a nuevos mercados. Sin embargo, también existen riesgos como el de custodia, liquidez, contraparte, y en los contratos inteligentes utilizados para gestionar los tokens.

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