Los bancos en Estados Unidos registran pérdidas históricas

En Estados Unidos, las pérdidas no realizadas de los bancos alcanzaron un récord de 512.000 millones de dólares, lo que genera preocupaciones sobre la estabilidad financiera.
Este fenómeno ha persistido por 11 trimestres consecutivos, indicando que los problemas en el sector bancario se han prolongado más de lo esperado, según The Kobeissi Letter.
Estas pérdidas no realizadas están asociadas principalmente al impacto del aumento de las tasas de interés, que ha afectado el valor de los bonos y otros activos de los bancos.
Aunque no representan pérdidas inmediatas, estas disminuciones en el valor de mercado pueden volverse peligrosas si los bancos se ven obligados a vender esos activos por debajo de su valor contable.
Bank of America es un ejemplo destacado, con pérdidas no realizadas que representan el 20% de sus inversiones totales, lo que equivale a 110.800 millones de dólares en valores mantenidos hasta el vencimiento.
Estas pérdidas acumuladas, que ya son siete veces mayores que las registradas durante la crisis financiera de 2008, ilustran la magnitud del problema en el sector bancario.

Bancos en riesgo siguen en aumento
El número de bancos considerados en problemas ha aumentado a 66, según la FDIC, lo que equivale al 1,5% de todas las entidades bancarias del país.
Este incremento en la lista de bancos en problemas sugiere una creciente fragilidad en el sistema financiero, con posibles efectos a largo plazo en la economía.
Para mitigar estos riesgos, la Reserva Federal ha reducido las tasas de interés por primera vez en cuatro años. Sin embargo, el impacto de esta medida aún está por verse, ya que las pérdidas continúan afectando la capacidad de los bancos para otorgar crédito, lo que podría frenar la actividad económica.
El actual panorama bancario también resalta el papel de Bitcoin como una alternativa descentralizada ante problemas financieros. La volatilidad actual refuerza la idea de que Bitcoin podría ser un refugio seguro en caso de colapsos financieros.
Las pérdidas no realizadas en aumento y la fragilidad creciente del sistema bancario en Estados Unidos plantean desafíos importantes para la estabilidad económica del país, con impactos directos en el crédito, las inversiones y el futuro del sistema financiero global.