Un nuevo argumento de Japón para abolir los bancos centrales.

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Principales problemas de la intervención estatal en la economía
  • Los planificadores económicos actúan como si fueran omniscientes.

  • Una economía basada en reglas, como bitcoin, da mayor previsibilidad.

La intervención estatal en la economía, lejos de resolver problemas, genera nuevas distorsiones que perpetúan un ciclo de dependencia y desequilibrio económico. Lo ocurrido esta semana en los mercados internacionales es una contundente prueba de ello y un nuevo argumento contra la banca central.

Aunque podemos rastrear a distintas causas el pánico que detonó este lunes negro en los mercados del mundo, tomando el ejemplo del llamado carry trade del yen japonés podemos ver cómo en el núcleo de la situación económica global habita una historia de intervención gubernamental que sigue postergando y agravando los desenlaces inevitables y naturales de la interacción económica.

Históricamente, las autoridades del Banco de Japón han intervenido para evitar un yen demasiado fuerte que perjudicara a las exportaciones, lo que ha llevado a una emisión de deuda desproporcionada y a mantener tasas de interés extremadamente bajas. Esta intervención ha tenido efectos mixtos en la economía japonesa, beneficiando a las empresas exportadoras pero perjudicando a los consumidores.

La intervención del Banco de Japón en las tasas de interés ha causado un colapso generalizado en los mercados globales, demostrando las consecuencias negativas de la manipulación gubernamental en la economía.

En contraste, una economía basada en reglas, como la propuesta por Bitcoin, ofrece previsibilidad, cálculo económico y responsabilidad individual en la creación de valor. La intervención estatal distorsiona las señales del mercado y crea ineficiencias, generando problemas que se trasladan a las futuras generaciones.

Es crucial cuestionar el papel de la banca central en la economía y evaluar si sus acciones realmente benefician más de lo que perjudican. La semana pasada sirvió como recordatorio de los riesgos de la intervención gubernamental en los mercados.

En resumen, la intervención estatal en la economía puede tener consecuencias negativas a largo plazo, y es fundamental considerar alternativas basadas en reglas transparentes y previsibles en lugar de intervenciones caprichosas.

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